domingo, 29 de enero de 2012

Los únicos capaces de comerse el mundo.

Quienes son valientes, nunca, o casi nunca tienen delante suyo la ocasión de pedir perdón por algo que no  va a volver. Quienes son valientes no se preguntan cómo podría haber sido. Quienes son valientes, simplemente lo hacen. Sin más. Sin pensar en el después, en el por qué o en el cómo. Se alimentan del aire y viven a base de riesgos que les hacen sentir que están vivos. Son los que hacen que este mundo valga la pena. Los que persiguen sus sueños sin tregua. Los que prefieren la constancia más que la suerte. Los que sonríen sin saber lo que pasará después. Los que te enseñan que vale más un beso a tiempo que cien imaginados.

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