domingo, 29 de enero de 2012

Todos estamos aquí por casualidad; ríe todo lo que puedas.

Imagina cómo sería tu vida en unos años. Imagina. Imagina lo que puedes llegar a ser, lo que puedes llegar a hacer. Pero sea como sea, que siempre sea ... así :

Los únicos capaces de comerse el mundo.

Quienes son valientes, nunca, o casi nunca tienen delante suyo la ocasión de pedir perdón por algo que no  va a volver. Quienes son valientes no se preguntan cómo podría haber sido. Quienes son valientes, simplemente lo hacen. Sin más. Sin pensar en el después, en el por qué o en el cómo. Se alimentan del aire y viven a base de riesgos que les hacen sentir que están vivos. Son los que hacen que este mundo valga la pena. Los que persiguen sus sueños sin tregua. Los que prefieren la constancia más que la suerte. Los que sonríen sin saber lo que pasará después. Los que te enseñan que vale más un beso a tiempo que cien imaginados.

Algo que nos haga olvidar.

Este es el guión de nuestra historia. Pero ha cambiado el director, la escena, los personajes...la trama entera. Nos hemos cambiado los papeles. Y de repente, el círculo se ha cerrado, hemos empezado de nuevo, volviendo al punto que nos vio partir.
¿Recuerdas? ¿Recuerdas aquel otoño en el que parecía que nos íbamos a comer el mundo? ¿Aquel en el que te decía que te agarrases fuerte de mi mano y no me soltaras, porque el viaje iba a ser intenso? ¿Te acuerdas de cuando nuestras miradas chocaban y existía un universo paralelo entre los dos, fuera de todo y de todos, donde sólo estábamos tú y yo?
Pues recuérdalo siempre si te apetece. Nunca sabes cuándo te van a hacer falta los recuerdos para sobrevivir.
Pero para mí es tarde, muy tarde. No hay marcha atrás, meto el acelerador y me escapo. Me escapo de ti y de todos tus recuerdos.

viernes, 27 de enero de 2012

SMILE.

Tú escondes tus miedos y tristezas bajo ese maquillaje.
Yo, bajo algo mucho más barato: una simple SONRISA.

Así que aprende a mirarme con otros ojos.
Aprende a mirar a los demás un poco más allá de las apariencias.
Que sonría no significa que todo sea perfecto.
Ven, escucha mis sonrisas, te dirán mucho más de lo que unas simples palabras podrían expresar. Te lo aseguro. Es la única y mejor forma de salir adelante.
Las tristezas me las guardo para mí en el bolsillo, estoy amontonando un millón lágrimas efímeras, algún día tendremos un jardín de estrellas...


Como un usar y tirar.

Esperé ser siempre lo que tú querías que yo fuera. Nunca creí ser la chica de tu vida, preferí estar entre el montón y que fueras tú el que decidiera por su propio convencimineto, sacarme de ese anonimato, de ese mogollón de chicas guapas y conquistadoras, que arrasan cualquier sábado noche.

Mis conquistas son diferentes, no son normales, no son típicas, son tipo yo. Tú ya sabes cómo son, creo que recordar que lo probaste hace unos años, y supongo que aún sigues con el sabor de esa conquista en los labios. Sabes de qué pie cojeo, sabes mis debilidades y mis puntos fuertes. Sabes que odio los domingos y que adoro el olor a café recién hecho. Te confíe mi vida en la mano, tú me la tiraste de un manotazo.
Pienso. Pienso y me doy cuenta de que en realidad es que toda mi vida es una conquista. Me levanto conquistando a mi tostador, haciéndole súplicas para que funcione, y acto seguido conquisto mi armario en busca de alguna ropa que disimule mis puntos débiles, para después de darme una ducha y arreglarme, conquistar el Paseo de la Castellana, a la caza del autobús nº 146, exactamente el que pasa a las 8 y 12 minutos.
Mi vida siempre ha sido una conquista, una conquista por algo muy sencillo:
Llegar a tiempo para SER FELIZ.
A veces creo que tú podrías haberme hecho la mujer más feliz del mundo, otras veces detesto esa idea, de igual forma que detesto tu orgullo y egoísmo. Detesto que fueras tan injusto. Tan crío. Tan estúpido. Tan bobo y tan encantador a la misma vez.
Creo que te di lo mejor de mí, pero supongo que no fue ni fui suficiente. Me dejaste agonizando en este juego del amor.
Ha pasado el tiempo, ahora sé que nunca fui tu princesa, y también sé que quiero no serlo nunca.
No quiero desperdiciar el resto de mi vida junto a ti, un lobo, disfrazado de príncipe azul. Típico, pero no por ello de mi gusto. No quiero mirar el reloj y acusarme a mí misma porque son las 8: 15 y he perdido el bus de las 8:12. Quiero que alguien me haga café, y que a poder ser no me lo sirva en un vaso de usar y tirar.
Usar y tirar. Usar y tirar. Usar y tirar. Eso es, eso es exactamente lo que tú hiciste conmigo...
Se acabó. Desde hoy me gustan los puntos y final. El primero lo voy a utilizar contigo.

.

 FIN.

Andén 1, correspondencia con línea...

Y entonces me siento en el andén, esperando a que pase mi tren...paso de canción, modo aleatorio.
Miro a un lado y a otro. Todos van con prisas. Yo me incluyo. Nadie mira a nadie, simplemente se cruzan miradas vagas y cansadas, solitarias y sin alma. Nadie detiene la mirada en nadie.
Sólo yo me atrevo a desafiar aquellos ojos azul turquesa.
La intensidad de esa mirada es proporcional al azul del mar que colorea sus pupilas.
Y por un segundo nuestro universo choca, se detiene, se revuelve y vuelve a su sitio.
El tren llega. Él se pierde entre la gente, yo entre mi mar de dudas. ¿Cómo se llamará? ¿Cuántos años tendrá? ¿Qué estudiará? Y...de pronto, una duda absurda e inquietante me aborda: ¿Sería ese el amor de mi vida?
Se escapó sin saber lo que era, como muchos de los trenes que perdemos en esta vida.


martes, 17 de enero de 2012

17-01-12...19!!

19. 19 años recogidos en 1 metro y 53 centímetros. 19 años desde que mi madre lloró de felicidad, desde que abrí los ojos al mundo y dije: "Tengo ganas de vivir" 19 años, y me suenan feos. No son los esperados 18, ni los redondos 20. Son los 19, ni más ni menos. Y ni más ni menos he llegado hasta aquí, de mejor o peor forma, pero aquí estoy, con ganas de soplar todas las velas y no pedir deseos, porque soy así. Porque si algo he aprendido hasta estos 18 que se van es que "El gran secreto de la vida es que no hay ningún secreto. Puedes alcanzar cualquier meta que te propongas si estás dispuesto a trabajar " Estos años se los debo a mi familia, a mi madre y a mi hermana, y a mi gente, que me hacen vivir con lo esencial, con el tiempo justo para unas sonrisas al día, y que me enseñan que en la sencillez está el secreto de lo verdaderamente grande. GRACIAS por hacerme ser lo que soy hoy, sencillamente yo, peor o mejor, pero verdaderamente yo misma.

lunes, 16 de enero de 2012

J.

No dudes ni por un instante de tu fortaleza. Si la vida te ha puesto una y otra vez obstáculos, es porque quiere demostrarte lo fuerte que puedes llegar a ser. Y sino no consigues superarlo, agárrate a los brazos que siempre te han sostenido, te aseguro que esta vez tampoco fallarán.
Dicen que cuando una parte se desmorona, el edificio entero se derrumba.
Puede que no pueda soportarlo, pero haré un esfuerzo, prometo estar siempre ahí.
Agárrate, no te dejaré caer.

domingo, 15 de enero de 2012

Lo llaman madurar...

Hoy toca hacer limpieza en mi habitación, y sí, también en la azotea, en mi pequeño caos, en mi pequeña cabeza.
Hoy quiero bloquear usuarios, borrar historiales y ordenar capítulos.
Quiero deshacerme de seres que alimentan mis peores días.
Quiero borrar heridas y dejar de tocar mis propias cicatrices. 
Quiero cerciorarme de que mi futuro será un poco mejor que mi pasado. Que en mi cabeza sólo haya lugar para mis propias ambiciones, y no para cuatro personajes frustrados que desean cambiarme a su gusto.
Quiero hacer espacio para los nuevos que tengan que llegar y para los que en todo momento ahí han estado, y que por culpa de aquellos que entraron en mi vida con malas intenciones, han estado aguantando por mucho tiempo la falta de espacio en mi azotea.
Quiero remodelar la estancia, mover muebles e ideas, y reubicarlo a mi forma y gusto, sin importar lo que pueda pensar el decorador que hasta ahora se ocupaba de mí y de mi pequeño universo.
Puede que sea arriesgado, pero no por ello innecesario.
Supongo que estaré perdida, pero confío en esos cuatro que siempre me han acompañado, en mi familia, en mi madre y en mi hermana siempre y en primer lugar, y después, en los cuatro o cinco que se cruzaron en mi vida y decidieron cuidarme y protegerme porque sin saber por qué, pensaron que merecía la pena quedarse a mi lado y disfrutar juntos del camino.
Sólo me debo a ellos, a mí y a mis propios sueños...a nadie más.
Que nadie tema si un día se encuentra que he desaparecido, tranquilidad, no me habrá tragado la tierra, simplemente es que ya estaré orbitando en otra galaxia, en aquella donde esté sólo lo que necesito, lo esencial, y nada más. Donde sólo tengan cabida las personas que hasta ahora me han demostrado que soy algo en su vida: M, B, J, P, O, A, M, D, A, C, B, J, F, J, E.......y pocos más, los justos y necesarios. 
No voy a hacer una fiesta de bienvenida para todos vosotros, mis ideas circulan lentas pero a paso seguro, el cambio será progresivo...
Pero debo anunciarlo como se merece:
Bienvenido mundo a mi nuevo espacio. Bienvenidos a mi nuevo hogar. Perdón por la tardanza. Supongo que son cosas que llegan con los 19. Lo llaman madurar.

We found love.

"Es como gritar, pero sin que nadie te oiga. Te sientes avergonzada de que alguien sea tan importante..de que sin él te sientas como si no fueras nada. Nadie podrá entender cuánto duele. Te sientes sin esperanza, como si nada pudiera salvarte. Y cuando todo se termina y él ya se ha ido...hasta deseas que todo lo malo regrese, para que al menos también puedas tener lo bueno de vuelta."
-Rihanna-

jueves, 12 de enero de 2012

Algo de dos.

Pongamos que hablamos bajo un sol de Madrid a mediados de julio.
Él fue huracán y ella fuego. Ella mayor, él más pequeño.
Eran dos extraños, dos desconocidos.
Pronto parecían dos amigos, dos razonables parecidos.
Fue corto pero suficiente. Fue brutal, fue inolvidable. Fue un recuerdo teñido de sonrisa y ojos expectantes.
Era tiempo ganado, a la vez, tiempo perdido.
Y aquellos días de luz terminaron con la marcha de él, y los ojos llorosos de ella.
En un abrazo soltaron todo el calor que desprendían. Y él se fue, sin saber si la vida los volvería a dar la oportunidad de encontrarse, aunque sólo fuera en el café de la esquina, un viernes por la tarde, después del partido de las seis.
Él quería, ella quería aún más, él recordaba, ella no olvidaba. Y sin darse cuenta, con una mochila cargada de nostalgia el tiempo pasó, y caprichoso como es, se alió con la distancia, y todo se esfumó, como quien fuma un cigarro a la puerta de un bar de barrio, borrando de un plumazo toda la grandeza de ese amor.
No volvieron a encontrarse, ni al día siguiente, ni al otro más.
Se esquivaron y encontraron un camino de ida.
Hicieron la vista gorda, intentando ocultar sus sentimientos como quien esconde la basura debajo de la alfombra.
Pero exactamente como eso, la basura y los sentimientos guardados siempre salen, antes o después, de una forma o de otra, sin querer o queriendo.
Ella daba pequeños pasos, él dio el gran paso.
Olvidaron los odios y rencores, y volvieron a empezar, retomando algo que nunca jamás deberían de haber dejado marchar.
Él feliz por su camino, ella encontrándose poco a poco en el suyo.
Y no necesitaron nada más. Todo seguía allí, como si alguien lo hubiera guardado en el fondo de un cajón, la confianza, el cariño y la amistad que un día los unió. Allí estaban. Y con eso bastaba. Bastaba una simple sonrisa de vuelta, una mano al final del brazo, una carcajada a deshoras y un par de canciones para recordar a eso de las once, que sonaran de camino al colegio en el modo aleatorio de sus móviles.
Bastaba meterse en la cama y saber que sin duda esa persona estaba allí. Volvía a estar allí.
Bastaba coger el camino de vuelta y volver al lugar que les vio partir.
Y así volvieron a encontrarse, volvieron a encontrarse a sí mismos, con los mismos pelos alborotados y la sonrisa en la boca. Con sus locuras y manías, con sus bromas y preocupaciones, con sus aciertos y sus meteduras de pata, con sus virtudes y sus fallos, con sus fuerzas y sus debilidades, con sus notas y sus supensos, con sus goles y tropiezos, pero ¿y qué importaba? Volvían a estar juntos, volvían a ser amigos, volvían a soñar.
Y así volvieron a cruzarse sus miradas, aquellas que un día quemaron.
Y así, así se escribe la historia, sin un principio buscado y con un final aún no encontrado.



Y por si te pasa alguna vez, recuerda, que las princesas no existen, ni los príncipes vendrán a rescatarte de tu letargo. Que a veces es un querer y no poder, y otras veces un poder y no querer. Que la vida es un sí pero no, un no pero sí, un me levanto ya o me quedo durmiendo cinco minutos más, un café con leche o una leche con galletas. Y que cuando dejas de buscar, cuando te das cuenta de que todo se acabó, de que se fue, de que ya no hay más, cuando tocas el polvo de ese sueño, de esa estrella, algo dentro de ti se desvanece para luego hacerte volver a vivir, algo incluso mejor que lo un día, sin querer, dejaste ir.
Tú lo llamas casualidad, yo lo llamo destino. Así que venga, escribe los acordes de tu destino con letras grandes y que el mundo entero vea y sepa que lo mejor está por venir, no lo dejes, no lo abandones, algún día te darás cuenta de lo bonito que es estar así.



Absoluta perfección.

¿Alguna pregunta más?

Mejor que no me entiendas.

Perseguir un sueño en vano, querer coger el aire con las manos...
Sentarte en cualquier esquina y encerrarte en tus vaivenes de cada día...
Esos 20 minutos de camino en el autobús, acompañada de Zetazen y sus historias de calle...
Mirar por la ventana y comprobar que el tiempo va lento, como un reloj a medio gas...que ni olvida ni deja avanzar.
Y que los rayos de sol rocen tu piel y te digan que hoy no llueve, que quizá mañana, pero que no te preocupes, que todo va a ir bien.
Llegar a casa y darte cuenta de que te dejaste olvidada la cabeza encima de la mesilla de tu cuarto...Otro despiste, otra locura.
Intentar poner orden a tu pequeño caos...pero, ¿para qué? Entiéndete tú y que el resto del mundo se entretenga en contar estrellas.
Y que si no sabes cómo va mi historia, cállate, mejor que no me entiendas.



domingo, 8 de enero de 2012

Que las cosas no salgan como las hemos planeado...

puede ser un tremendo golpe de suerte!

Puede...

Puede que no sea la típica chica de 18 años cuya vida gira en torno a sus conquistas, sus tacones, el botellón, la discoteca o el tabaco.
Puede que pienses que estoy como una regadera, pero te aviso que mi locura cada vez va a más.
Puede que no me entiendas, puede que me tomes por loca.
Puede que me importe, puede que no.
Puede que pienses que no lo voy a conseguir, que nadie confíe en mí.
Puede que me importe, puede que no.
Puede que no lo creas, pero soy de esas que les gusta currar.
Puede que el viernes no salga de fiesta, porque el sábado me iré a entrenar.
Puede que me veas por la calle corriendo o andando con un cronómetro, unos tiempos marcados, y con ganas de luchar.
Puede que no lo sepas, pero me muero de ganas por llegar.
Puede que esté cansada, agotada, muerta...pero jamás me oirás decir "No puedo más".
Puede que pienses que no valgo, que no voy a llegar, pero sinceramente hay cosas que me importan mucho más.
Puede que sea pequeña, pero puede que llegue tan alto que no puedas ni imaginar.
Puede que escuches mi risa por encima de los demás.
Puede que sea coqueta, pero no por ello superficial.
Puede que me veas en plena M-30 cantando en el coche, y que me encanten los cocidos de mi abuela. 
Puede que sea fan de mi madre, de las tardes por Madrid, y los paseos a la orilla del mar.
Puede que con una sonrisa te conquiste, puede que no necesite nada más.
Puede que sea de esas que piensan que una mirada con chispa dice más que unas pestañas con rimmel.
Puede que no te lo creas, pero no me cuesta despertar.
Puede que pienses que me conoces, pero puedes conocerme aún más.
Puede que tenga manías, que sea espontánea, impulsiva, atrevida, pero soy natural, versión original, sin copias y en edición limitada. Puede que tengamos cosas en común, puede que me quieras, puede que me odies sin más.
Puede que no lo sepas pero para bien o para mal, no soy como las demás.



jueves, 5 de enero de 2012

Qué vienen los Reyes!!

No sé por qué al hacernos mayores perdemos la ilusión por todo, con lo bonito que es soñar y que nuestros sueños se hagan realidad. O, ¿es que no te acuerdas ya de cuando eras niño? :) Cuando te ibas a dormir pronto, dejabas el agua para los camellos y los zapatos preparados, con la ilusión de que por la mañana, al levantarte, los Reyes te hubieran dejado lo que tú deseabas. No sé vosotros, pero yo he sido buena, y hoy me voy a dar el capricho de volver a ser niña y vivir la noche de reyes con la misma ilusión y alegría como cuando era pequeña.
Feliz Noche de Reyes a todos y qué vuestros deseos se hagan realidad! :)